La
percepción auditiva en el niño evoluciona de la siguiente forma:
-Recién
nacido: Es muy sensible a la intensidad de los sonidos. Se
inquieta y sobresalta ante ruidos fuertes. Éste fenómeno se produce
ya antes de nacer. En cambio la música suave y la voz del cuidador
le tranquilizan.
Percibe
sonidos, pero no los localiza ni dirige su cabeza hacia la fuente
sonora. Por ello resulta difícil saber cuando atiende realmente al
sonido.
El
recién nacido nace con predisposición a determinados sonidos, y
prefiere la voz humana y los sonidos del lenguaje que más tarde
imitará.
-1
mes: Oye muy bien, pero todavía no puede localizar el sonido. Va
afinando su capacidad auditiva.
-2
meses: Ya localiza la fuente sonora y empieza a interesarse por
diferentes sonidos. Los bebés de apenas unos días discriminan unas
voces de otras, reconocen voces familiares, por ejemplo la del
cuidador, y a los 2 meses hacen discriminaciones tan finas como para
distinguir “ma” de “na” y “ba” de “pa”.
-3
meses : Vuelve la cabeza hacia la fuente sonora, lo que
indica que localiza el sonido. Empieza a diferenciar la voz humana de
otros sonidos y a mostrar preferencia por ella, lo cual le permitirá
más tarde prestar atención e imitar los sonidos del lenguaje.
-4
meses: Ha adquirido agudeza y madurez auditiva, y logra
identificar sonidos familiares, con lo que puede localizar la
dirección exacta de la fuente sonora.
-5
meses: Se fija en la persona que habla, empieza a distinguir los
tonos de la voz, y es sensible a la música.
-7 y 8 meses: Se orienta hacia el sonido y establece unos primeros mecanismos de lateralización frente a la llegada del estímulo.
-9 meses: Su orientación hacia el sonido es totalmente estable; sigue la caída de un objeto y conoce la presencia o ausencia de la madre.
-10 meses: El niño tiende a imitar gestos y sonidos. Responde a su nombre, pero está completamente incapacitado para una verdadera comprensión del significado de las palabras.
-11 meses: Tararea música.
-1 año: Reacciona frente a la música y gusta de los sonidos sueltos repetidos. Suele reír ante ruidos inesperados.
-2 años: Le gusta escuchar tanto por razones de lenguaje como por razones sonoras.
-3 años: Escucha para aprender.
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