domingo, 20 de octubre de 2013

Desarrollo del gusto desde el nacimiento

Todos los niños vienen al mundo con la habilidad de comunicar sus sabores preferidos a sus cuidadores.
Cuando se les da un líquido dulce en vez de agua, los recién nacidos succionan durante periodos de tiempo más largos y con menos pausas, indicando que prefieren lo dulce, e intentan saborear su alimento favorito.
Las expresiones faciales rebelan que los bebés pueden distinguir varios sabores básicos:
- relajan los músculos de la cara como respuesta a lo dulce
- fruncen los labios cuando el sabor es agrio
- abren la boca en forma de arco cuando es amargo.
En éste sentido son parecidos a los adultos.
Estas reacciones son importantes para la supervivencia, ya que el alimento ideal para apoyar el crecimiento temprano del niño es el sabor dulce de la leche materna. El sabor salado se desarrolla de forma diferente al dulce, agrio o amargo.
De 0 a 5 meses:
Desde el primer momento de venir al mundo son capaces de encontrar el pezón solo con el olfato y distinguen la leche de su madre de entre otras leches.
- En el momento que tenga la capacidad de sujetar objetos con sus manos, se los llevará a la boca, para obtener información sobre su sabor, su textura, su dureza, su temperatura y su tamaño.
De 6 a 10 meses:
- El desarrollo del gusto irá en aumento en el momento en que su dieta sea más rica y variada. A medida que se vayan introduciendo los nuevos alimentos, nuestro hijo aprenderá a relacionar y diferenciar nuevos sabores. Reconociéndolos también por el olor que desprenden.
A partir de 11 meses:
- A medida que crezca irá aceptando sabores más complejos, como un batido de frutas con leche o yogurt.
- Aunque sigue teniendo preferencia por los sabores dulces, ya acepta mejor los ácidos.
- Sabe perfectamente lo que le gusta y a la hora de comer rechaza lo que le disgusta.

Existen cinco etapas en el desarrollo del gusto:
  • reflejo de succión (1 mes). Acción de mamar.
  • coordinación mano- boca( 3 meses). Conoce las cosas al llevárselas a la boca.
  • morder (2 a 5 meses). Masticar en la nueva alimentación. Le alivia el dolor de los dientes.
  • beber y comer (6 a 10 meses). Ingesta de alimentos semisólidos.
  • cancelación (1 año). Deja de mamar y chupar.





    No se nace con los sabores impresos, sino que se van desarrollando. Debemos acostumbrar al niño a que pruebe una amplia gama de sabores que hagan perfeccionar este sentido.

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