lunes, 21 de octubre de 2013

La organización del espacio y del tiempo

La escuela infantil ofrece a los niños unas ventajas de las cuales se pueden beneficiar y disfrutar. En entornos bien organizados es mucho más fácil favorecer el aprendizaje de los pequeños. 
El ambiente tiene que ser agradable, sereno y tranquilo. Los pequeños podrán concentrarse más y tendrán muchas más ganas de aprender en un ambiente propicio.

Debemos tener en cuenta el tiempo a la hora de programar las actividades. Hay que tener bien pensadas y organizadas todas las tareas antes de ponerlas en práctica, así como el tiempo que destinaremos a organizar los espacios, materiales, etc... y luego, el tiempo de recogida. Es muy importante que respetemos el ritmo y los tiempos personales de cada niño. 

Según Loris Malaguzzi, el espacio tiene que tener unas cualidades y éstas son:

   Que sea una especie de túnel transparente que no interrumpa el espacio. Grandes cristaleras transparentes hacen que la luz de dentro y de fuera generen paisajes luminosos, tan apreciados por los niños, capaces de percibir matices de luz.
    Que sea capaz de acoger y promover la exploración de niños y niñas dejando huella de esa exploración.
   Que sepa potenciar la participación y la gestión social de la escuela convirtiéndose en una escuela que comunica a través de la documentación cualificada en sus propios  muros.
  Que sea una estructura articulada, unitaria y familiar que el niño pueda recorrer adoptando todos sus espacios sin encontrar límites y prohibiciones inadecuadas. Las escuelas de Reggio son pequeñas. Un escuela amable, es para Loris, un lugar en el que todos –familias y personal y niños- se conozcan por su nombre.
   Que posibilite el uso orgánico y funcional sin separar el dentro del fuera (patio, barrio y ciudad).
    Que ofrezca una cualificada posibilidad, a todos los que allí conviven, de verse, de encontrarse y de hablarse en diversas situaciones cotidianas y extraordinarias. Que sea un modelo de gran taller (como una exaltación más del hacer que del hablar).
    Que satisfaga el derecho a una relación segura, el derecho a un espacio de acción, el derecho a ensuciar, el derecho al ruido, y al silencio, el derecho a estar con otros, solo, o con unos pocos.
    Que sea fácilmente transformable para dar cabida a las diferentes agrupaciones.
  Que no jerarquice roles y funciones. En particular, la cocina ocupa en muchas escuelas un espacio central, con una pared transparente. 

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