domingo, 20 de octubre de 2013

Desarrollo del tacto en los niños

Los recién nacidos experimentan diversas sensaciones táctiles a través de la piel de todo el cuerpo, siendo éstas las primeras portadoras del placer y también del disgusto. El tacto es el primer sentido en desarrollarse, y durante los primeros meses de vida, es el sistema sensorial más maduro.

Hasta el tercer mes de vida, la sensibilidad táctil del bebé se concentra principalmente en la cabeza, la boca y el tronco. El pequeño responde a la presión, a la textura, a la temperatura, a la proximidad y al dolor. De ahí la importancia de la lactancia (un momento de comunicación por excelencia entre la madre y el niño), de las caricias, de los abrazos y del baño. Los masajes también ocupan un lugar destacado en el desarrollo del bebé. Además de transmitir cariño a través del contacto de la piel, permiten su relajación y bienestar. 

Entre los seis y los nueve meses de vida, el pequeño comienza a explorar el mundo que lo rodea. Su tronco, brazos, piernas, manos y dedos, se convierten en las herramientas perfectas de exploración. Este es el momento de dejarlo experimentar con distintas texturas, temperaturas y formas.

Según autores como Román, la habilidad táctil conforma una serie de subhabilidades que se desarrollan entre los 3 y 36 meses y son:

- Habilidad proprioceptiva (3 y 6 meses)



- Habilidad para tentar, deslizar y apretar (2 a 8 meses)



- Habilidad para tocar y palpar (2 y 24 meses)

- Intención táctil (4 y 15 meses)



- Habilidad para acariciar (4 y 20 meses)



- Sensibilidad perineal (6 y 30 meses)



- Habilidad para sumar sensaciones (8 y 36 meses)




A partir de los 4 años tendrá una buena percepción y dominio en el uso de las distintas herramientas de uso cotidiano. La discriminación táctil irá aumentando llegando a niveles muy depurados hacia los 8 años, en función de la estimulación previa.

No hay comentarios:

Publicar un comentario